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  • El impacto del COVID-19 en la industria sanitaria

    por María Jesús Piña, Alba Saldaña & Inés Zamarro | Feb 18, 2021 | Reading time: 9 minutes | Blog

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    El COVID-19 sigue poniendo en jaque no solo a las economías y a los sistemas de salud de todo el mundo, sino que compromete y supone un antes y un después en la inversión en salud.

    Esta situación representa un desafío económico, ya que los ingresos globales podrían ser 7 billones de dólares más bajos para finales de 2021 de lo que esperaba la OCDE en noviembre de 2019. A pesar de los continuos esfuerzos de la Unión Europea para evitar los efectos negativos de la pandemia, los costes en salud derivados del COVID-19 han representado casi una quinta parte del gasto público de la OCDE.

    Sin embargo, pese a todas las consecuencias negativas del COVID-19, esta situación puede tomarse como punto de partida para generar nuevas oportunidades.

     

    Un cambio de paradigma: cómo el COVID-19 puede remodelar el futuro del sector salud y generar nuevas oportunidades

    Aunque el sistema sanitario se ha visto afectado directamente por el COVID-19, no se ha mantenido estático: este sector ha aprendido a derribar todas esas nuevas barreras encontradas.

    ¿Qué está ocurriendo con las empresas biotecnológicas?

    Las industrias de la biotecnología y la farmacia están más que nunca en el punto de mira para hacer frente a esta situación. Como consecuencia del confinamiento, se esperaba que algunas empresas como Merck, perdieran hasta 2 millones de dólares durante 2020.

    En relación a las vacunas, si consultamos el Coronavirus Vaccine Tracker, podemos comprobar que hay más de 60 candidatas a vacunas frente al COVID-19 en ensayos clínicos: 37 de ellos están en fase 1, 27 en fase 2, 20 en fase 3, 6 candidatos han sido aprobados para uso limitado en ciertos países y 4 para uso general. Las vacunas autorizadas en la UE y EE. UU. son la vacuna Comirnaty® de Pfizer-BioNTech y la COVID-19 Vaccine de Moderna; además, la vacuna de AstraZeneca ha sido autorizada recientemente en toda la UE.

    Se trata de vacunas desarrolladas desde diferentes enfoques técnicos y por empresas farmacéuticas o biotecnológicas de todo el mundo. La necesidad y urgencia de esta vacuna están empujando a los gobiernos a invertir una gran cantidad de dinero para adquirir dosis y desarrollar ensayos clínicos y procesos de producción. Un claro ejemplo lo encontramos en la financiación por parte del gobierno norteamericano a la biotecnológica Novavax para el desarrollo de su vacuna frente al coronavirus.

    TERAPIA GENÉTICA

    COMPAÑÍAVACUNA CANDIDATAFASEDOSIS REQUERIDASINFORMACIÓN ADICIONAL
    COMIRNATY ®. Basada en el RNA mensajero (BNT162b1), codifica para un dominio de una proteína de unión del SARS-COV2 a la célula diana.Fase 3

    2 dosis

    Aprobada para vacunación general en Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido, Israel, México, Emiratos Árabes y Canadá, entre otros. Pfizer y BioNTech esperan producir 1300 millones de dosis para fines de 2021 a nivel mundial.
    Basada en el RNA mensajero (mRNA-1273).Fase 3

    2 dosis

    Aprobada para vacunación general en Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido, Canadá y Qatar. El gobierno de Estados Unidos invirtió 5 mil millones de dólares para asegurar 100 millones de dosis. Por otro lado, la Comisión Europea llegó a un acuerdo para conseguir 210 millones de dosis.
    Basada en ADN.Fase 3

    3 dosis

    Se espera que la vacuna de Zydus Cadila, ZyCoV-D, esté lista en marzo de 2021.
    Basada en mRNA.Fase 3

    2 dosis

    CureVac y Bayer se asocian para producir esta vacuna. La Comisión Europea ha apoyado su desarrollo con 80 millones de euros.

    VECTORES VIRALES (no replicativos)

    COMPAÑÍAVACUNA CANDIDATAFASEDOSIS REQUERIDASINFORMACIÓN ADICIONAL
    AZD1222, está basada en el adenovirus ChAdOx1. Fase 3

    1-2 dosis

    La Unión Europea alcanzó un acuerdo para suministrar hasta 400 millones de dosis. Es la tercera vacuna aprobada para vacunación en este territorio.
    Basada en el adenovirus Ad5.Fase 3

    1 dosisAprobada en China con uso limitado.
    Gam-Covid-Vac “Sputnik”. Combinación de los adenovirus: Ad5 y Ad26.Fase 32 dosisAprobada en Rusia para su suministro.
    Basada en Ad26.Fase 3

    1-2 dosis
    Johnson & Johnson pausó los ensayos clínicos al detectar un efecto adverso en un voluntario del ensayo clínico.
    El gobierno de Estados Unidos acordó pagar 1 billón de dólares por 100 millones de dosis si la vacuna se aprueba. La Unión Europea alcanzó un acuerdo similar por 200 millones de dosis.

    VACUNAS BASADAS EN PROTEÍNAS

    COMPAÑÍAVACUNA CANDIDATAFASEDOSIS REQUERIDASINFORMACIÓN ADICIONAL
    NVX-CoV2373: Nanopartículas recubiertas de proteínas “spike” del SARS-COV-2. Fase 3

    2 dosis

    En julio, el gobierno de Estados Unidos destinó 1,6 billones de dólares para el desarrollo de ensayos clínicos y su producción.
    Formulada con adyuvante (proteína S).Fase 1/2
    El gobierno de Estados Unidos acordó 2,1 billones de dólares para obtener 100 millones de dosis. La Unión Europea realizó una negociación similar para obtener 300 millones de dosis. Sanofi y GSK planean producir hasta 1 billón de dosis para 2021.

    INACTIVADAS O ATENUADAS

    COMPAÑÍAVACUNA CANDIDATAFASEDOSIS REQUERIDASINFORMACIÓN ADICIONAL
    SARS-COV-2 inactivado. Fase 3

    Aprobada para uso limitado en los Emiratos Árabes.
    En Perú, un voluntario en el ensayo de la vacuna Sinopharm muere de neumonía COVID-19.
    CoronaVac: SARS-COV-2 inactivado.Fase 3
    2 dosisAprobada para uso general en China.

     

    Como podemos comprobar, la urgencia en la obtención de una vacuna segura y eficaz concentra las grandes inversiones en el sector biotecnológico relacionado con el coronavirus. La demanda extremadamente alta de dosis necesarias, está impulsando a las grandes empresas farmacéuticas y de biotecnología a aumentar la eficiencia en sus procesos de fabricación y desarrollo. Además, los flujos de trabajo que suelen ser secuenciales en condiciones normales, se producen ahora en paralelo. Las empresas están aumentando su capacidad de fabricación, transfiriendo tecnología e incluso comenzando la producción a gran escala de posibles vacunas antes de tener datos clínicos concluyentes, ya que el coste económico de los retrasos es muy alto.

    En este sentido, las empresas farmacéuticas y biotecnológicas ya están subcontratando partes del proceso de desarrollo de fármacos a CMOs (Contract Manufacturing Organizations, es decir, “organizaciones de fabricación por contrato”), favoreciendo el crecimiento de la industria biotecnológica. Por ejemplo, Astrazeneca transfirió su producción de vacunas a Catalent Biologics, experta en producción de vectores virales, para trabajar en paralelo con su fábrica principal. Por otro lado, esta misma empresa ha firmado un acuerdo de fabricación con Johnson & Johnson y, también, ha acordado realizar las etapas finales de fabricación de la vacuna de Moderna. Pfizer ha anunciado que contará con los servicios de una CMO para liberar su capacidad interna.

    Pero no solo reciben fondos las empresas implicadas en el desarrollo de vacunas, sino también las empresas implicadas en el desarrollo de fármacos antivirales o test diagnósticos para el SARS-cov-2. En general, aquellas organizaciones con experiencia en la producción de pruebas in vitro para aplicaciones biomédicas, participan también en la realización de pruebas de diagnóstico. Podemos encontrar un ejemplo en Qiagen, una compañía proveedora de tecnología para el diagnóstico molecular. La rama de negocio de Qiagen relacionada con el COVID-19 incluye kits de preparación de muestras, enzimas y herramientas, y pruebas de diagnóstico propias. Antes del COVID-19, Qiagen era capaz de producir 0,45 millones de kits para la extracción de virus. En estos momentos, están produciendo 12 millones de kits, y se esperaba que llegaran a 20 millones a finales de 2020. Sin embargo, parte de su producción no-COVID (como es una prueba para el diagnóstico de tuberculosis) ha sufrido una caída de ventas de 20%.

    La alta demanda de pruebas rápidas para la detección temprana y el tratamiento del coronavirus hizo crecer este mercado hasta alcanzar un volumen anual de 3.520 millones de dólares a finales de 2020, con una tasa de crecimiento anual esperada del 19,7% para 2021. Por su parte, se estima un crecimiento del 7,28% del sector biotecnológico con un CAGR del 8% para el periodo 2020-2024 en todo el mundo.

    Como contrapartida, esta pandemia puede impedir el desarrollo de start-ups y afectar a sus oportunidades de obtener financiación. Directamente relacionado con esto se encuentra el aumento en el tiempo de espera para la finalización de ensayos clínicos, que en muchos casos, quedaron parados por la pandemia. 

    Esta situación impacta negativamente en la salud financiera de las pequeñas biotecnológicas, que dependen de la obtención rápida de resultados para conseguir sucesivas rondas de financiación y poder subsistir. Por ejemplo, en marzo de 2020, la biotecnología suiza Addex Therapeutics anunció que pospondría el estudio de su programa líder Dipraglurant, sobre el tratamiento del Parkinson.

    Por ello, alrededor de 1.000 organizaciones tuvieron problemas en sus ensayos clínicos, disminuyendo un 80% la selección de nuevos pacientes durante abril de 2020, en comparación con el mismo periodo del año anterior. La situación en los ensayos clínicos se ha recuperado de forma generalizada en junio a niveles de enero. Sin embargo, el número de ensayos clínicos en cardiología o neurología todavía no ha alcanzado los niveles previos al coronavirus.

    Fuente: https://www.nature.com/articles/d41573-020-00150-9

     

    ¿Han cambiado las prioridades en I+D?

    Las prioridades en la inversión en I+D también han cambiado puesto que se están destinando más recursos económicos para gestionar la crisis del coronavirus y, también, para establecer nuevas estrategias para prevenir posibles futuras pandemias. En estos momentos, la investigación científica centrada en los diferentes aspectos del COVID-19 suponen una prioridad urgente y esencial como parte de la respuesta de la OMS. Solo en la Unión Europea se han movilizado 13 mil millones de euros para hacer frente a los efectos de la pandemia a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), El Fondo Social Europeo (FSE) y el Fondo de Cohesión (FC). De esa cantidad, 1,4 mil millones de euros son parte del programa de investigación e innovación de la Unión como parte de la Respuesta Global al Coronavirus, lanzado en mayo del 2020.

    Como contrapartida, muchas oportunidades relacionadas con el desarrollo de nuevos medicamentos contra el cáncer se perderán debido a la redirección de fondos para el estudio del SARS-CoV-2. De hecho, una parte de los fondos y recursos gubernamentales de las empresas farmacéuticas que se dedican a los ensayos de terapias contra el cáncer se transferirán a estudios sobre detección, pruebas, tratamiento y vacunas de COVID-19. Esto dará como resultado una evolución más lenta de los ensayos clínicos de esta enfermedad, un retraso en la finalización de dichos estudios y, por lo tanto, de los resultados esperados.

     

    ¿Está viviendo el sector una revolución digital?

    Según la OMS, la telemedicina es la «prestación de servicios de atención de la salud, en la que los pacientes y los proveedores no comparten el mismo sitio físico. La telemedicina utiliza las TIC para intercambiar información para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades y lesiones, la investigación y la evaluación, y para la educación continua de los profesionales de la salud».

    Las medidas de cuarentena y distanciamiento social adoptadas por los distintos países para controlar la pandemia han supuesto un reto innovador para la gestión clínica. Durante el último año, se ha incrementado drásticamente la demanda de consultas online y soluciones de telemedicina.

    Industrias como la banca o el comercio ya tenían muchos de sus procesos digitalizados. Por el contrario, la atención médica siempre había encontrado dificultades para desarrollarse al mismo nivel que otros sectores. Las medidas de cuarentena y distanciamiento social adoptadas, junto con la necesidad de aislamiento hospitalario de los pacientes con COVID-19, así como la necesidad de monitorizar a aquellos pacientes que han recibido el alta, han propiciado una transformación digital sin precedentes en el sector de la salud a nivel global. De esta forma, el salto a la telemedicina en el día a día de la atención al paciente es algo que se ha acelerado de forma drástica con la pandemia, situándose a la vanguardia de la medicina actual.

    Como consecuencia, se han disparado las consultas no presenciales, siendo los medios más utilizados el correo electrónico, teléfono o videollamada a través de plataformas como Skype®, Zoom®, Microsoft Team® o Facetime®, involucrando no solo a pacientes y a médicos, sino también conectando a equipos médicos, trabajadores del sector de la salud, etc. En algunos países como España, Italia o Reino Unido, la demanda de teleconsultas en plataformas como Top Doctors se ha multiplicado por 30. Además, para lograr la seguridad de los pacientes y la integridad de las pruebas clínicas, la industria farmacéutica ha avanzado a pasos agigantados para acelerar la producción de innovaciones relacionadas con herramientas digitales y virtualización.

    En el futuro, los principales diagnósticos y el seguimiento de afecciones crónicas y asintomáticas como la diabetes o la hipertensión se realizarán vía telemática, dando lugar a una reducción del gasto sanitario.

     

    El papel de la Comisión Europea

    En abril de 2020, la Comisión Europea y las administraciones nacionales desarrollaron el primer plan de acción ERAvsCorona, que establecía acciones de investigación e innovación a corto plazo para combatir el virus. Adicionalmente, la Comisión se ha comprometido a invertir más en este campo, especialmente en el marco del nuevo programa de I+D Horizonte Europa, que se lanzará durante 2021. La gran cantidad de fondos disponibles para la gestión y el tratamiento clínicos, el desarrollo de vacunas y el diagnóstico refleja el fuerte compromiso de la Unión Europea contra el coronavirus.

    Distribución de los proyectos COVID-19 de H2020 de acuerdo con las principales necesidades de la UE. (https://ec.europa.eu/info/sites/info/files/research_and_innovation/research_by_area/documents/ec_rtd_coronavirus-research-projects-overview.pdf)

    El anterior programa de I+D de la Unión Europea, Horizonte 2020, asignó 1.000 millones de euros como parte del compromiso de 1.400 millones de euros de la Comisión para la iniciativa de Respuesta Global al Coronavirus, lanzada en mayo de 2020. Con este apoyo, los científicos también han podido estudiar a un número elevado de pacientes en Europa. Estas acciones complementan los anteriores esfuerzos para desarrollar diagnósticos, tratamientos y vacunas.

    Hasta septiembre de 2020, la UE había invertido más de 458,9 millones de euros procedentes de Horizonte 2020 en más de 103 proyectos relacionados con el COVID-19. Estos abordaron el desarrollo de diagnósticos, tratamientos, vacunas, epidemiología, preparación y respuesta a brotes, socioeconomía, tecnologías de producción y digitales, así como analizaron las infraestructuras y recursos de datos que posibilitan esta investigación. En concreto, en marzo de 2020, el presupuesto del programa EIC Accelerator aumentó en 166 millones de euros para apoyar a 36 empresas con soluciones innovadoras contra COVID-19: 3 de ellas se centraron en el desarrollo de pruebas diagnósticas (11,1 millones de euros), 22 en soluciones de tratamiento (104,1 millones de euros), 5 trataron sobre prevención (32,7 millones de euros) y 6 sobre otros aspectos de la enfermedad (17,7 millones de euros).

    Además, el ERC ha presupuestado un total de 25 millones de euros para proyectos de prueba de concepto para el desarrollo de nuevos test de bajo coste para el virus, la mejora de la producción de energía limpia y el desarrollo de fármacos para el tratamiento de la ceguera.

    Por otro lado, la Comisión Europea financió, a través del Banco Europeo de Inversiones, un contrato de préstamo de 75 millones de euros para el desarrollo y producción a gran escala de vacunas como CureVac. Además, para acelerar y ampliar el desarrollo y la fabricación de un suministro global de vacunas, la Comisión contribuyó con 400 millones de euros para apoyar a COVAX.

    Todas estas acciones impulsadas por la Unión Europea, así como su constante esfuerzo económico en investigación, desarrollo e innovación, reflejan el compromiso y la adaptabilidad de las políticas europeas en estos tiempos difíciles.

     

    ¡El sector salud sigue vivo!

    A pesar de todas las desventajas derivadas del COVID-19, la industria de la salud continúa a pleno rendimiento y es un generador constante de oportunidades. Integrantes de la comunidad científica, biotecnológicas, empresas multinacionales y pymes pueden aprovechar esta situación para progresar.

    En este contexto, la Unión Europea es un claro ejemplo de eficiencia y versatilidad, al haber podido gestionar y adaptarse a las adversidades provocadas por la pandemia. Este organismo está promoviendo un apoyo significativo a la red científica e innovadora, transmitiendo un mensaje de fuerza y unidad.

    Tendremos que esperar un poco para evaluar el cambio de las tendencias de inversión en empresas biotecnológicas o sanitarias digitales. Aún así, estamos seguros de que estamos en el camino correcto al haber sabido cómo transformar la crisis y la incertidumbre en oportunidad y ciencia.