Según datos de la OMS, las enfermedades cardiovasculares fueron la principal causa de mortalidad en todo el mundo entre los años 2000 y 2019. Durante ese periodo, la cifra incluso se incrementó, suponiendo en 2019 el 16% del total. Ante esta situación, los expertos recomiendan la adopción de estilos de vida saludable en los que la práctica periódica de actividad física y los hábitos de alimentación son dos aspectos muy relevantes. En este contexto, ¿podría el consumo de vino ayudarnos a tener una mejor salud cardiovascular?
Numerosos estudios afirman que el consumo moderado de vino tiene un efecto positivo y, tomando esta afirmación como punto de partida, PRADOREY ha desarrollado VINOSALUD. Este proyecto se plantea con el objetivo de saber más sobre cómo las técnicas de cultivo y prácticas enológicas pueden ser claves para la elaboración de vinos beneficiosos para la salud cardiovascular. Teniendo en cuenta el impacto potencial de esta iniciativa en mitigar la afirmación de partida, el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) decidió apoyarla a través de su línea de financiación Proyectos de Investigación y Desarrollo (PID).
